Patiperreando.
No es que tuve una conexión larga en Madrid y me arranqué del aeropuerto por unas horas, ni menos que estuve solo un día en la capital española. La verdad que mi primera vez en Madrid fue un viaje de 5 días aproximadamente. Y sí, a pesar que el viaje fue por trabajo, siempre queda un tiempo para conocer y distraerse.
Después de largas 12 horas de vuelo, ya estaba en Barajas, el aeropuerto de Madrid, y uno de los más grandes de Europa. Era enero, pleno invierno y el frío se encargó de darme una despabilante bienvenida. Desde Barajas tienes varias opciones para llegar al centro. Entre taxi, Uber, metro y bus elegimos ir en metro. Por unos cuantos euros compras tu pase de metro, y en unos 50 minutos aproximadamente, ya estás en la Gran Vía.
Digo elegimos, porque en Madrid me esperaba un buen amigo que llegaba desde Colombia casi a la misma hora que yo. Junto a Fredy viajamos a Fitur, una de las ferias de turismo más grandes a nivel mundial, y que se realiza cada año en Madrid.
Nuestro Hostal, el Hostal La Prensa, está ubicado justo en la Gran Vía, en el edificio que lleva el mismo nombre, y justo a la salida de la estación de metro Callao. Lo más conveniente fue tomar desde Barajas la línea 8 hasta la estación Nuevos Ministerios, y luego combinar con la línea 10 hasta Alonso Martinez, para finalmente combinar con la línea 5 hasta Callao.
Ya en la superficie, a eso de las 6 de la tarde, la primera impresión del centro de Madrid era alucinante. Estábamos parado justo en la Gran Vía, con una cantidad impresionante de gente (ojo, que fuimos en plena quinta ola de la pandemia del Covid 19, enero del 2022), las tiendas y restaurantes llenos de gente a pesar del frío y todo lo que nos decían del covid.
Después de una ducha, de llamar a nuestras familias y de disfrutar la impresionante vista desde nuestras habitaciones, salimos a comer algo y por supuesto, a degustar unas cuantas cervezas. Pero lo que no sabíamos, era que por cada paso que das en esas callecitas llenas de tiendas y bares, vas siendo empujado, quizás por algún instinto explorador, a caminar por cuadras y cuadras tratando de absorber cada detalle a mi alrededor. De pronto, y sin querer queriendo, llegamos hasta la Puerta del Sol, donde está el famoso kilómetro cero.
La Puerta del Sol es una de las más plazas más visitadas de Madrid, tanto por turistas de todas partes del mundo, como así también por los propios madrileños. Lo primero que salta a la vista es el famoso cartel luminoso del Tío Pepe que está en la plaza desde el año 1935 y, que a pesar de tener adeptos y detractores, ilumina con sus neones las noches de la Puerta del Sol.
Otro imperdible en la Puerta del Sol es la Estatua del Oso y el Madroño, que es el símbolo de la ciudad y que fue construido en el año 1967. El Reloj de la Casa de Correos es otro atractivo de la Puerta del Sol, famoso por sus campanadas cada fin de año, y por supuesto el Kilómetro Cero que es el punto donde comienzan las carreteras radiales españolas.
De pronto entre las tiendas y el gentío (de verdad mucha gente en Madrid) divisamos un museo, el Museo del Jamón. Motivados por nuestro espíritu cultural decidimos entrar para ver de qué se trataba el pintoresco museo. ¡Qué vais a serviros! Gritó alguien detrás de una atiborrada barra. Con cara de circunstancia respondimos que unas cervezas, las que no demoraron en llegar.
Tratamos de hacernos lugar en la barra y seguimos nuestra amena conversación. Lo mejor del Museo del Jamón son los precios. Por menos de 1 euro puedes tomar una caña (un vaso de cerveza).
El frío de la mañana siguiente nos obligó a ir por un calentito desayuno. Fue así que comenzamos el día con una taza de chocolate caliente con churros, una bomba de azúcar que nuestro cuerpo agradeció infinitamente. Nos llamaba la atención que siendo las 08:00 de la mañana, y a pesar del frío y el “covid” (que aún era tema), los restaurantes estaban llenos de gente. Muchos adultos mayores haciendo vida social con un chocolatito caliente, familias y algunos tomando sus cañas bien frías. Sí! ¡A esa hora!
Después de estar todo el día miércoles y medio día del jueves en Fitur recorriendo pabellones de diferentes proveedores turísticos de todas partes del mundo, la tarde del día jueves decidimos recorrer el casco antiguo de la ciudad. Recorrer Madrid en unas cuantas horas.
Partimos nuestra caminata en la Gran Vía, estación Callao. Nos dirigimos por la Gran Vía hasta la Puerta de Alcalá, pasando por la Fuente de Cibeles, ubicada en la plaza del mismo nombre, una de las plazas más representativas de Madrid y construida en 1782 con el fin de abastecer de agua a los madrileños. De fondo se encuentra el majestuoso Palacio de Cibeles inaugurado el año 1919 y que funcionaba como sede central de Correos. Actualmente alberga el ayuntamiento de la ciudad. Más adelante nos esperaba la Puerta de Alcalá, inaugurada en 1778 para conmemorar la entrada de Carlos III en Madrid como rey de España.
Seguimos avanzando hasta ingresar al Parque El Retiro, 118 hectáreas que convierten a este parque en uno de los más importantes de Madrid. Un lugar ubicado en pleno centro pero alejado del mundanal ruido. Este parque fue construido a mediados del siglo XVII para el disfrute del rey Felipe IV. Dentro del parque las principales atracciones son el monumento a Alfonso XII, el Palacio de Cristal construido junto al lago artificial, donde podrás arrendar botes de remo, y el Paseo de la Argentina o Paseo de las Estatuas.
Luego de descansar un poco, tomarnos algunas fotos y relajarnos con la vista, seguimos nuestro desafío de conocer los principales atractivos de la ciudad, en unas cuantas horas.
Salimos del parque en dirección al Museo Nacional del Prado. Inaugurado en 1819 es uno de los más famosos museos de arte del mundo. No entramos. No había mucho tiempo porque para poder hacer la visita al museo necesitas al menos un par de horas, y nuestra misión se vería frustrada. Por lo demás nuestro museo era otro.
Justo al lado del museo se encuentra la RAE y la Iglesia de los Jerónimos.
Desde este punto caminamos hasta el otro extremo del casco antiguo para llegar al Palacio Real de Madrid, también conocido como el Palacio de Oriente, diseñado durante el siglo XVIII siendo la residencia oficial de la Familia Real Española. Justo frente al Palacio se encuentra imponente la Catedral de la Almudena.
Ya siendo alrededor de las 6 de la tarde, nos dirigimos al Templo de Debod, templo originario del antiguo Egipto con 2200 años de antigüedad, inaugurado en 1972 y donado por Egipto a España por su colaboración en el salvamento de los templos de Nubia. El Templo está emplazado sobre una pequeña colina, rodeado de jardines y con una privilegiada vista de la puesta de sol.
Desde el Templo de Debod, y a unos cuantos minutos caminando, finalizamos nuestro recorrido en la Plaza Mayor, que data del siglo XV. La Estatua de Felipe III, la Casa de la Panadería y el Arco de Cuchilleros son los principales atractivos de la Plaza Mayor.
Después de todo el día caminando, nos merecíamos un bocadillo de calamares, y por supuesto, una caña. Salúd!
Además, debíamos levantarnos muy temprano al día siguiente, porque visitaremos Toledo y Segovia (aunque de eso les hablaré en otro post)
El día sábado teníamos agendada la visita al estadio Santiago Bernabeu, pero antes debíamos hacernos el PCR para poder viajar el domingo a Lisboa, peeero, mi compañero de viaje dio positivo para Covid 19, por lo que suspendimos la visita al estadio y tuve que viajar solo a Lisboa (lo que no fue ningún problema para mi).